martes, 22 de abril de 2008

Análisis del Athletic-Valencia

El Athletic confirmó el domingo en San Mamés la permanencia una temporada más y, ahora sí, presenta en firme su candidatura para pasearse la próxima campaña por los estadios más prestigiosos de Europa vía Intertoto. Los "leones" cumplieron y de qué manera ante una "Catedral" que disfrutó de un fútbol que rozó la perfección, a la vez que le endosaron una "manita" al campeón de Copa. El Valencia llegaba crecido a Bilbao tras derrocar al Getafe la pasada semana en la final de la Copa de Su Majestad el Rey con un contundente 3-1, y prepararon el choque a conciencia, tanto que no hubo celebraciones tras levantar el trofeo de campeón. Caparrós apostó por su clásico 4-4-2, destacando la vuelta de Ustaritz y Susaeta al "once" inicial; mientras que Ronald Koeman dio continuidad al 4-3-3 (o 4-2-3-1, variando en distintas circunstancias, ocupando Baraja la mediapunta y el mediocampo igualmente) que viene utilizando. El técnico holandés intentó plantear un encuentro como el de Copa: un mediocampo muy sólido con poca capacidad para construir pero dificilísimo de superar, líneas muy juntas, un punta presionando a la zaga rojiblanca, dos centrales que realizan la cobertura a los laterales (que no tienen total libertad para subir la banda) etc. Sin embargo, los rojiblancos se impusieron confundiendo a los chés, pues no optaron por un juego físico y de lucha constante contra la defensa y el mediocampo (hubiese sido un suicidio ante la tripleta Baraja-Maduro-Marchena), sino que apostaron por un juego atrevido y suelto. El comienzo no resultó sencillo, pues los valencianos supieron mantener su planteamiento con rigor, pero un tempranero gol de Javi Martínez dejaría "tocado" a los blancos. El tanto, además, dio "alas" al conjunto bilbaíno, que fue creciéndose con el paso de los minutos. Los vistantes no llegaron con asiduidad a la meta defendida por Armando, pero cabe destacar la labor de nuestra defensa de cuatro. Iraola y Koikili se mostraron inconmensurables cuando Arizmendi y Mata les encararon, y Ustaritz y Amorebieta volvieron a demostrar todo su potencial tanto en el juego aéreo como en la anticipación y en la limpia salida del balón. El Athletic continuó haciéndose con el control del encuentro y, poco a poco, fueron demostrando cosas que en el segundo tiempo se agrandarían hasta límites no vistos en la capital vizcaína desde hace años. Nos gustaría resaltar un nombre propio en este primer tiempo: Fran Yeste. El basauritarra se muestra irregular en su nuevo puesto, pero cuando tiene el buen día no hay quien lo pare: combinó con una precisión extraordinaria (creemos que no perdió ni un sólo balón), recuperó una asombrosa cantidad de balones gracias a su implicación y concentración, sirvió de apoyo para todos sus compañeros, movió al equipo y puso el ritmo del partido...espléndido. Pero tuvo que abandonar, una vez más, el césped por un doble golpe. Su sustituto natural, ya en el segundo tiempo, fue Garmendia, mientras que Koeman revolucionó su banquillo: Morientes y Joaquín sustituyeron a Maduro y Arizmendi, respectivamente (lo cual dio paso a un 4-4-2). Tres minutos después llegaría el tanto que sentenciaría el partido. Sin niguna duda, el mejor gol del Athletic en la presente campaña: combinación entre Susaeta, Iraola, Etxeberria y, finalmente, tanto de Llorente. Llegada a esta situación, los pupilos de "Jokin" se encargaron de convertir el partido en una fiesta: Garmendia, arropado por un portentoso (y todos los calificativos positivos que se le puedan añadir) Javi Martínez, dirigió con criterio a sus compañeros, haciendo olvidar a Fran. Queremos resaltar un aspecto clave de la goleada: el espacio que dejaron los valencianistas entre la zaga y la línea medular, que facilitó al Athletic un dominio aplastante. Lograron hacer un campo "grande" al atacar y llegaron con superioridad numérica en varias ocasiones al área rival. Susaeta, eléctrico como al comienzo de la temporada, supo combinar con Iraola, que se desdobló y mostró esa "chispa" que mantiene intacta; Llorente y Etxeberria se abrieron huecos mutuamente, los cuales supieron aprovechar; Gabilondo, además de aportar mucho en defensa, logró tocar con habilidad y tuvo en Koikili a su mejor aliado; Javi Martínez (que se comió el centro del campo) aprovechó su zancada para arrimarse como segunda línea al ataque rojiblanco. En el minuto 66, Llorente anotó el tercero, con la aportación de Iraola para robarle el "cuero" a Mora. Minutos después, Koeman dio entrada a Edu por Mata, y Caparrós a Aduriz en lugar de Fernando. Tres escasos minutos pasaron y Villa marcó el tanto de la honra, y David López gastaría el cupo de sustituciones para ingresar en detrimento de Gabilondo. David aportó trabajo y calidad espontánea, y en el 85 sería Iraola el que anotaría el cuarto, para cerrar una magnífica actuación individual. El choque siguió la misma tónica a lo largo de la segunda parte y, para cerrar, Aduriz marcaba el definitivo 5-1 con un preciso cabezazo. ¡Aupa Athletic!

lunes, 14 de abril de 2008

Análisis del Deportivo-Athletic

Comentábamos la pasada semana que un triunfo nos liberaría de cualquier presión extra para lograr la permanencia. Es posible que los 43 puntos sean suficientes, pero es necesario para la parroquia rojiblanca esa victoria que aleje los "fantasmas" que tan empeñados están los periodistas en hacer aparecer. Los bilbaínos libraron hasta el miércoles, y no comenzaron a preparar el choque ante los gallegos hasta ése día, lo cual se evidenció el domingo en Riazor. Caparrós volvió a apostar por Garmendia en la mediapunta (sobre el papel), y por Koikili en el lateral zurdo ante la ausencia provocada por lesión de Asier Del Horno, amén de David López en el interior diestro (lugar que suele corresponder a Susaeta, que reforzó el sábado al filial para afrontar el encuentro ante la Ponferradina). Lotina dio continuidad a su particular "once" titular, con su infalible defensa de tres centrales con dos laterales muy dados a recorrer la banda hasta el final. El Athletic se mostró desde el inicio excesivamente relajado, actuando a una velocidad bastante inferior a la que nos tienen acostumbrados. Los "leones" se han caracterizado esta temporada por ser un equipo con identidad, que tiene en su capacidad de lucha su mejor arma, sin embargo, ayer se jugó como si de un entrenamiento se tratara. Yeste volvió a actuar por detrás de Javi Martínez, siendo la "brújula" del equipo, moviendo el esférico con sentido y criterio (aunque demasiado en horizontal). Javi se encargó de pelear con Sergio y De Guzmán, además de ofrecerse como una vía de ataque efectiva gracias a sus siempre peligrosas internadas en carrera. No resultaba sencillo sitiar una defensa de cinco; pero es aún más costoso cuando Gabilondo rehusaba apoyar a "Koi" en su banda, quien se dedicó a colgar balones desde el medio en la izquierda; y cuando David López se mostraba irregular y únicamente mostró detalles de su infinita aunque aún injustificada calidad. Garmendia estuvo apoyando al medio campo, pues había una dura batalla que luchar, y no ayudó a Llorente en punta, cuyos controles de pecho y dejadas con la cabeza no encontraron compañero alguno. Iraola penetró más que Koikili por su banda, y fue un "cuchillo" para la zaga deportivista, pues Filipe no acostumbró a bajar la banda. El Dépor actuó más sólidamente, y no mostró fisura alguna en su sistema defensiva (por lo menos en el juego aéreo), además movió el "cuero" con criterio, y lograron, a través de Xisco (que conectó con asombrosa facilidad con Wilhelmsson y Lafita), evidenciar la zaga rojiblanca, que se mostró pasiva como nunca esta temporada. En el minuto 31 anotaría Coloccini el 1-0 tras cabecear, en posición ilegal, un saque de esquina en el que hubo un error en cadena de los "leones". Tras el gol, los pupilos de Caparrós amagaron unos minutos con que se vendrían para adelante, pero fue un espejismo. Poco más cabe decir del primer tiempo, tosco y aburrido, propiciado por la poca ambición. Para el segundo tiempo, el Athletic sacó a la palestra su plan "B": ceder el esférico a Yeste o a Amorebieta para que, tras acomodar el mismo, buscar la solitaria testa de Fernando Llorente. Por lo general, ese fue el planteamiento que "Jokin" preparó, mientras que Lotina replegó su equipo y cedió protagonismo al Athletic. Sin embargo, los rojiblancos no quisieron dominar, y rechazaron la "oferta" gallega. Con el paso de los minutos, la anarquía se hacía cada vez más evidente en el césped para los "leones", y al míster utrerano no le quedó otra que sustituir a Garmendia por Aduriz (pensamos que Etxeberria podría haber sido el idóneo para la situación, pues es peligroso entre líneas y podría haber sacado partido a las dejadas de Llorente, además de lograr un par de faltas y córners). Al mismo tiempo, el técnico de Meñaka ingresó a Riki en lugar de Wilhelmsson, buscando frescura. Tres minutos después, Amorebieta cometería un infantil penalti, que Sergio se encargaría de transformar con mucha calidad. El Athletic se borró del encuentro, y metió a Muñoz en detrimento de Ocio, por lo que colocó a Javi Martínez de central. La situación fue de mal en peor, y las ocasiones blanquiazules se sucedieron ante una desorganización total. Caparrós nuevamente movió el banquillo: Cuéllar recibía su oportunidad, y el sacrificado era Gabilondo. David aportó algo de frescura y velocidad, pero ya no había nadie con la intención de ir a por el choque. Poco después Filipe marcaría el decisivo 3-0 con una magnífica vaselina, invitando a la fiesta al público deportivista. Lotina gastaría el cupo de sustituciones: Juan Rodríguez y Taborda saltaron al "verde", sentando a Lafita y a Xisco, respectivamente. El partido no tuvo nada más reseñable, por lo que perdemos una buena oportunidad para sentenciar la Liga. Con todo, no creo que haya que dramatizar, pues sólo es un tropiezo, pero hay que aprender de los errores y salir a comerse al Valencia el domigo que viene.

lunes, 7 de abril de 2008

Análisis del Athletic-Espanyol

Al Athletic le tocaba afrontar en la tarde de ayer el partido decisivo de la temporada, pues la victoria nos dejaría, virtualmente, salvados de las afiladas garras de la Segunda División un año más. El rival, el "tocado" Espanyol de "Txingurri" Valverde, que acumula cuatro jornadas consecutivas sin sumar un solo punto. Eso sí, llegó a Bilbao con toda la artillería, a excepción del lesionado Iván De la Peña, para intentar romper la racha negativa y, de paso, dejar prácticamente asegurado su concurso en la próxima edición de la UEFA. A Ángel le tocó la dura misión de hacer olvidar a Iván, acompañado en la medular por el siempre cumplidor Moisés Hurtado. Caparrós, por su parte, apostó por Garmendia en detrimento de Joseba Etxeberria en la mediapunta, arropado por Fran Yeste y Javi Martínez en el mediocampo. Comentaba Ernesto Valverde el día anterior, en un rotativo deportivo, que saldrían al césped de San Mamés a dominar al Athletic y en ningún momento a especular. Sin embargo, los "leones" no sólo neutralizaron el intento de los catalanes de dominar el choque, sino que lograron imponer su estilo en el "verde" a los pocos minutos de iniciarse la contienda. Los rojiblancos manejaron con calidad el esférico en la medular, y lo movieron a gran velocidad provocado por el alto ritmo de juego que tanto Yeste como Javi Martínez lograron imponer ante un centro del campo "periquito" que apenas logró aguantar semejante ritmo. Fran un par de metros más rezagado que Javi (lo cual nos sorprendió), abrió a ambas bandas, aunque no en profundidad, buscando realizar un juego más pausado y menos precipitado de lo que los espanyolistas pensaban. Los laterales, ofensivamente hablando, se limitaron a apoyar a los interiores bilbaínos, así como a los centrocampistas cuando estos se veían severamente presionados (lo cual no ocurrió más que un par de veces). Aunque Del Horno estuvo algo más atrevido que Andoni en el primer tiempo, y se desdobló en contadas ocasiones, buscando "arrastrar" a un zaguero blanquiazul en aras de proporcionar espacio a Gabilondo para centrar. Hablando de "Gabi", suyo fue el magnífico centro que en el minuto trece Garmendia cabecearía como un auténtico "killer" del área ante la pasividad de la defensa "periquita" para anotar el primer y único tanto del encuentro. El Athletic continuó su dominio ofensivo, buscando desde el tanto la cabeza de Fernando Llorente quien, una vez más, se hizo respetar en el área rival gracias a sus desmarques, controles, aperturas a banda llenas de picardía (especialmente al costado de Susaeta, que tuvo que enfrentarse al lateral y a uno de los centrocampistas, que apoyaba a David García para que no se escapara el canterano, aunque lo logró en alguna ocasión) etc. El Espanyol, arrinconado en su campo, decidió alternó dos recursos futbolísticos. Por una parte, mandó balonazos desde la frontal del área en busca de Tamudo y Luis García, aunque tanto Ocio, especialmente, como Amorebieta, estuvieron inconmensurables en el juego aéreo. El otro recurso fue la utilización de los contraataques, aprovechando el adelantamiento de líneas de los vizcaínos, aunque la capacidad de repliegue de los mismos fue impresionante. Los blanquiazules, cuando estuvieron en posesión del cuero, no estuvieron presionados por los "leones", aunque hay que decir que estos racionalizaron los espacios fantásticamente, con un juego de coberturas igualmente interesante, para crear una defensa zonal magnífica. Pensamos que tuvieron (los futbolistas del Espanyol) que haber entregado la batuta del juego ofensivo a Ángel, que posee una técnica muy depurada, y haber progresado por el centro, lo cual no hicieron. De pronto, "Jokin" se vio obligado a iniciar el movimento en los banquillos, y Yeste, lesionado, tuvo que dejar su lugar a Muñoz. En los minutos finales del primer tiempo, los pupilos del utrerano dispusieron de dos muy buenas ocasiones para sentenciar el partido, en las botas de "Susa" y Javi Martínez, aunque no pudo ser esta vez. Para la segunda parte, Valverde dio ingreso a Coro y a Riera, para ocupar las bandas, que habían pertenecido a Rufete y a Valdo, respectivamente. El planteamiento para los 45 minutos finales fue, lógicamente, muy diferente al de los iniciales. El Espanyol, volcado en ataque, buscaría explotar la banda defendida por Asier Del Horno, mientras que el Athletic retrasaría las líneas para vivir de los contragolpes e intentar sentenciar el encuentro en una de estas. Los de Joaquín perdieron para esta mitad a su "brújula" particular, Yeste, pero ganaron la contundencia y seguridad (amén del criterio para tocar el balón) de Iñaki Muñoz. Del Horno, agotado físicamente, apenas logró defender su costado, además de que ya no contaba con la ayuda de Gabilondo, que también parecía bastante "tocado". Coro no dudó en aprovecharlo, y buscó penetrar con diagonales el área defendida por Armando, ayudado en todo momento por Pablo Zabaleta, aunque Amorebieta se mostró seguro. Lo intentaron los "periquitos", y a punto estuvieron de anotar en dos claras ocasiones: un disparo lejano repelido por el poste, y un grave error de Iraola, que, sin embargo, logró solucionar salvando el disparo rival a puerta vacía. Queremos resaltar un aspecto clave: el asombroso despliegue físico de Javi Martínez, que cubrió el centro del campo (ayudado por el cumplidor Muñoz) y toda la frontal del área, impidiendo el ejecutamiento de disparos de media/larga distancia. Corría el minuto 57 cuando Garmendia abandonó el terreno de juego para dejar su parcela del campo a Etxeberria, que aportó frescura y la oportunidad de segundas jugadas a un Llorente muy solitario, que aún así logró pelear y sacar petróleo de cada posesión de su equipo. El encuentro prosiguió de la misma manera, hasta que Del Horno, desbordado demasiadas veces (tanto va el cántaro a la fuente que...) fue suplido por Koikili, que solucionó todos los problemas sobremanera. Poco después, Paradas Romero (con una actuación bastante reprochable) señaló la pena máxima tras que "Susa" arrollara a Raúl Tamudo. El capitán del Espanyol no logró acabar con su particular crisis con el gol (no anota en Liga desde enero), y mandó el balón a las nubes. De esta manera se continuaron quemando etapas del encuentro y, ya concluyendo, "Txingurri" se aferró al hombre que le tiene tomada la medida a "La Catedral": el brasileño Jonathan (y sentó a Luis García), pero no pudo ser. Importantísima victoria la lograda ayer en nuestro feudo. Nos toca remachar la faena y lograr una victoria más para acabar con cualquier susto posible provocado por una posible (aunque improbable, vista la evolución de los "leones") dinámica perdedora. A partir de ahí, está permitido soñar con cotas mayores que, si no se logran, lo mismo daría, pues es un extra.